Se puede hacer poesía de todo. Todo puede ser poesía... Claro que de ahí a lograr esa auténtica ligereza en poesía, esa cotidianeidad, ese humor, esas viñatas epigramáticas, como las que aparecen el los autores [como] Cavafis; o bien, esas fábulas o escenas cotidianas, blancas, desnudas o moderadas en su retórica (como ciertos textos de Pacheco), hay un buen trecho... Uno hace sólo lo que puede, y no todo lo que ambiciona. Por lo demás, en la juventud se ambicionan demasiadas cosas, que luego se revelan del todo imposibles... [como] volver a medir y a rimar, aventura en la que de plano de obtuve mayores resultados...
- José Joaquín Blanco, Postales trucadas (2005)