Al lado del Templo Mayor, rodeado de danzantes, olor a copal y breakdancers que llamaban a los espiritus de la lluvia y del sol, un hombre canoso con una colita trenzada en un traje de lino blanco y huaraches se nos acerca para ofrecernos una hoja de papel con todos los dioses aztecas listados con dibujitos de cada uno. Meneamos la cabeza y le dijimos "No gracias" mirándole en los ojos un segundo. Y nos dice, "No pues, se la regalo, quiero que conozcan algo de nuestra cultura." Y meneamos otra vez la cabeza. Nos dice, "¿De dónde son?" Y contestamos que somos de Tejas y la cara del señor se vuelve rojo y más arrugado y nos dice, "No pues, no, no les voy a regalar nada. Ustedes ni pueden entender esto. Solamente entienden Mickey Mouse y el Hombre Araña y las chingaderas de allá. No les voy a dar nada." Ya me sentía como que caliente, mi cuerpo tieso, y le digo, "Modernízate guey modernízate. No seas idiota." Y esquiva la mirada, nos da la espalda y tan pronto como apareció, el señor se va, gritando, "No, ustedes nunca van a entender nada de nuestra cultura. Nada de nada."